Si se trata de coniferas y de plantas de hoja perenne, se corta el injerto inmediatamente antes de practicarlo. Si se trata de frondosas, hay que esperar el descanso en el ciclo vegetativo, o sea, hasta otoño e invierno, y cortar entonces el injerto, en un tiempo en que no hayan heladas. Los injertos se entierran en arena húmeda y se guardan en un lugar fresco, pero resguardado de las heladas.
Se suelen escoger injertos y patrones de la misma especie de planta, para asegurar una buena unión. Los aficionados al Bonsai pueden realizar todas las operaciones descritas con ayuda de un cuchillo afilado, sin necesidad de otras herramientas. Es importante llevar a cabo todas las operaciones del injerto con la mayor limpieza y rapidez posibles, para evitar que se depositen bacterias en las heridas de las plantas. Por esta misma razón no es conveniente tocar las heridas abiertas con los dedos.
Después del injerto hay que poner las plantas en un lugar resguardado del viento, con temperatura constante. Se pueden colocar en un invernadero o debajo de una cubierta de plástico; ver ilustraciones.
Una vez soldado el injerto, cosa que seguramente ocurrirá antes de que brote, se empieza a acostumbrar las plantas a las condiciones ambientales normales. Pasado otro año, se puede quitar la rafia.
domingo, 16 de agosto de 2009
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