domingo, 6 de septiembre de 2009

Bonsai de interior

Hace poco, en Alemania, se han empezado a hacer las primeras tentativas con Bonsai para la casa. En América ya hace más tiempo que los aficionados al Bonsai han ido tanteando cuáles son las especies más idóneas para un Bonsai de interior.

Todas las plantas de interior que tengan las hojas pequeñas y cuyas ramas se hagan leñosas con facilidad, también son apropiadas para la educación de Bonsai.

Suelen ser plantas tropicales y subtropicales. La temperatura de una habitación corresponde a las temperaturas en los hábitats de plantas tropicales, y por ello son especialmente indicadas para nuestras casas. Pueden ser por ejemplo, especies de ficus, gardenias, Schejflera, Brassaia, etc. Al contrario que las especies subtropicales, las plantas de invernadero frío que no pueden soportar temperaturas interiores demasiado altas, las especies tropicales no deben estar nunca a menos de 15° C. Hay que encontrarles formas de crecimiento distintas, más acordes con las formas de su entorno tropical. A parte de los ficus, no tienen nada que ver con las formas tradicionales de Bonsai, y no llegarán nunca a tener la fascinación y el encanto de un pino, por ejemplo.

Las especies que se pueden educar de forma más parecida a las de Bonsai son las plantas subtropicales, las plantas de invernadero frío. A ellas pertenecen las «buganvilias», las cítricas, camelias, mirtos, olivos, serisas y otras. Para ellas, la temperatura diurna óptima está entre 8 y 12° C, y las temperaturas nocturnas deberían ser un poco inferiores (5-6°C), ya que en su entorno natural están acostumbradas a estos cambios de temperatura del día a la noche.

Además, este enfriamiento nocturno adquiere especial importancia para aquellas plantas que de día estén a temperaturas más altas de lo que debieran, quizá a unos 12-16o C. Este descenso de temperatura se puede conseguir si de noche se ponen en otra habitación. De por sí, la temperatura nocturna será más baja directamente al lado de una ventana que en el resto de la habitación. Se puede enfriar aún más si se corre una cortina que separe esta zona del resto de la habitación. Así se habrá creado una «zona climática» más fría, entre la ventana y el resto de la habitación. Naturalmente, hay que tener cuidado de no escoger una ventana donde haya una calefacción debajo. En un sitio así sólo se podrían poner especies tropicales. En verano, los Bonsai quieren estar al aire libre, siempre que estén resguardados del viento y en un lugar sombreado. Cuando en otoño las temperaturas nocturnas bajen de 5o C, hay que volverlas a colocar dentro de la casa. Pero incluso durante el verano se las puede dejar en el interior si están en un sitio fresco y claro.

Es muy importante, también para los Bonsai de interior, crear las condiciones más parecidas a las naturales. La iluminación, la temperatura y la humedad ambiente deben ser las correctas, para posibilitar un buen desarrollo de las plantas.

El mejor sitio para todos los arbolitos es en una ventana clara y orientada hacia el sur. (Aquí, como ya se ha dicho, las plantas subtropicales son la excepción: una ventana orientada hacia el sur les sería demasiado calurosa en verano).

Si no hay posibilidad de poner las plantas en un sitio así, y si las condiciones de luz son insuficientes, se pueden compensar con luz artificial, por ejemplo con una lámpara Phillips E 86 (160 W), que en verano se tendrá conectada 16 horas al día, y en invierno unas 10. Para conseguir una humedad ambiente suficientemente alta, hay que rociar las plantas, aparte de regarlas. Otra posibilidad de incrementar el grado de humedad es poner las plantas con sus respectivos tiestos sobre bandejas de cerámica, llenas con una capa de grava o bolas de arcilla cocida. El agua sobrante del riego, o de cuando se han rociado las plantas, es absorbida por la grava y se evapora lentamente, aumentando la circulación de aire e incrementando a la vez el grado de humedad ambiente. Para el Bonsai de interior es recomendable usar abono líquido, ya que el abono orgánico, y en especial el abono en bolas, despiden un fuerte olor.

Una buena mezcla de tierra para Bonsai de interior es tierra de jardín rica en humus, mezclada con arena. Si las plantas son mayores, se le añade una parte de arcilla. El replantado se lleva a cabo cada dos años. Se pueden cultivar los Bonsai de interior a partir de semillas o esquejes, pero también a partir de la educación de plantas de interior.

jueves, 3 de septiembre de 2009

BONSAI CHINO

A lo largo de los siglos, los chinos han ido desarrollando los principios de la educación de Bonsai, lo mismo que hicieron después los japoneses. Primero, aprenden de la naturaleza, ya que consideran que el Bonsai es el arte de modelar y formar la naturaleza, de crear armonía y de aguzar el sentido para lo esencial. Pero así y todo, hay algunas diferencias entre los maestros chinos y los maestros japoneses, como pueden ser las proporciones de cuenco y árbol, raíces y tronco, tronco y ramas.

Por esta razón, al europeo que haya conocido primero el Bonsai japonés, el Bonsai chino le puede parecer extraño.

Comparando el Bonsai de los dos países, resalta el hecho de que los chinos suelen escoger cuencos muy grandes, que a veces son muy bonitos, antiguos y valiosos. En general, sus arbolitos son mayores que los japoneses, y no es raro que alcancen alturas de 1-1,50 m y más. Para nuestro gusto, japonés, la base del tronco es a veces muy delgada en relación al resto del árbol. Estos arbolitos parecen salir sin más de la tierra, con el tronco sin nacimiento y de abajo arriba casi del mismo grueso, sin hacerse apenas más.delga-do hacia la cúspide.

La relación entre tronco y ramas tampoco parece tan equilibrada como en el Bonsai japonés.
Se pueden ver ramitas muy delgadas que crecen directamente en un tronco grueso, pero el ramaje más fino sólo se ha desarrollado en la copa y a veces los ángulos entre el tronco y una rama nos parecen un poco atrevidos.

Al contemplar Bonsai chinos se hace patente que en gran medida hemos asimilado el gusto estético de los maestros japoneses. Nos hemos acostumbrado a sus formas serenas y equilibradas, pero aún no hemos desarrollado unas formas de educación propias.

Entre los Bonsai japoneses hay ejemplares que son tan artísticos, que han perdido su vida y su naturalidad; habrá Bonsai chinos, por contra, que estarán educados de forma más tosca, pero que por ello tendrán más vida y poseerán una naturalidad propia.
Es seguro que ambos estilos tendrán muchos seguidores.

martes, 1 de septiembre de 2009

Enfermedades

Clorosis. Las hojas y las agujas se vuelven amarillas, mientras que la nervadura queda de color verde. La causa principal de esta enfermedad es la falta de hierro. Riégúese la planta con Fetrilon-Combi F.

Si la tierra es demasiado densa y está muy mojada, también puede provocar los mismos síntomas, ya que la planta no obtiene suficiente oxígeno. En este caso, se aligera la tierra, se replanta y se riega menos.

Mildiu auténtico. Aparece en forma de unas manchas blancas en la parte superior de las hojas. Puede estar causado por temperaturas demasiado altas y, a la vez, por falta de aireación o por una humedad ambiente excesiva. Es una enfermedad de hongos, por ello se combate con un fungicida. Se pueden usar: Benomyl (Dupont), una solución del 0,25% de F 238 (Bayer), o con azufre electrolítico al 0,4%. Otros cuidados que ayudarán a sanar el árbol son: limpiar la copa, eliminar las hojas afectadas y mucho aire fresco.

Falso mildiu. Este hongo suele estar en la parte inferior de la hoja, y a partir de ahí penetra en la planta. En la parte inferior aparecerá un moho gris, y en la parte superior de la hoja aparecerán manchas amarillas. Hay que airear más la planta y tratarla con Euparen o con Polyram Combi.
Enfermedad del «lóbulo» en azaleas. Las hojas se deforman y forman una especie de «lóbulo», que primero es de color verde claro y luego adquiere unas manchas blancuzcas. Hay que eliminar las hojas afectadas y tratar la planta con Zineb o con preparados de Combi.

Roya del arce. Esta enfermedad, causada por un hongo, produce unas pústulas rojas de tamaño variable, sobre la corteza. Primero se muere la corteza y luego toda la rama. Aquí sólo sirve ir cortando hasta llegar a la madera sana.

Hongo de los pinos. Afecta a los pinos jóvenes; durante el otoño y el invierno salen unas manchas marrones en sus agujas, que luego en primavera se convierten en rayas negras y acaban produciendo la muerte de todas las agujas. Si en la proximidad de donde se tienen los pinos se han producido casos de esta enfermedad, hay que tratarlos preventivamente con polvo BASF-Maneb al 0,2% o con Dithane-Ultra al 0,2%, cada 15 días, de julio a mediados de agosto. Por el contrario, si .las hojas se vuelven pardas y se caen en otoño, no se trata de la afección provocada por el hongo, sino de la renovación normal de las agujas.

Mildiu negro estrellado. Se trata de unas manchas negras que se producen sobre las hojas, como si se tratara de hollín. Pueden verse afectadas las especies de olmos (celcobas) y se suele producir en un lado de la planta. Se puede combatir con Ortho-Phaltan 50.

La putrefacción de las raíces es muy frecuente y puede tener varias causas. Se puede producir por unos cuidados equivocados, como por ejemplo un riego excesivo, demasiado abono o, simplemente, por una mezcla de tierra equivocada. Si han estado muy secas, las raíces capilares se mueren y, al regar de nuevo, las restantes empiezan a pudrirse.

Primero hay que eliminar todas las partes de las raíces afectadas, y sumergir el resto por un momento en una solución de Benomyl (Dupont) o de Orthocid antes de volver a plantar el arbolito en tierra nueva. Primero hay que regarlo muy poco, porque las raíces capilares tienen que irse desarrollando de nuevo, y el árbol estará muy debilitado y no podrá absorber tanta agua como una planta sana. Hay que rociar el Bonsai a menudo y colocarlo más a la sombra, resguardado del viento.

Naturalmente, no se debe abonar una planta dañada en su sistema de raíces, hasta que no haya desarrollado nuevas raíces sanas.

Muerte de las ramas. Se suele producir en especies de arce, causada por un hongo.
Las yemas no brotan y si lo hacen, los nuevos brotes se mueren. Aquí no hay ningún sistema eficaz, y sólo se puede ir podando hasta dejar únicamente las partes sanas del árbol.

viernes, 28 de agosto de 2009

Parásitos

Los pulgones, que suelen estar en la parte inferior de las hojas y en los capullos, se pueden eliminar casi sólo con un chorro de agua a presión, o si no, pulverizando las partes afectadas con una solución de 0,2% de Aphisan, o una de 0,5% de PD 5.

Las orugas se manifiestan por las hojas comidas. Si no pueden ser descubiertas y recogidas a mano, se rocía la planta con Metasystox o con una solución del 0,l% de Ultracid 40.
La arañuela roja (acaro tejedor) suele aparecer en enebros, abetos rojos y también en celcobas, en años de sequía (aire muy seco). Hace que las hojas o agujas se vuelvan amarillentas o pálidas. Normalmente sólo afecta una parte de la planta. Son visibles si se sacude una rama sobre una hoja de papel blanca. Los ácaros parecen granitos de pimentón y son bien visibles con lupa. La arañuela roja se combate con sustancias especiales, al empezar el período vegetativo, con Plictran 25 W al 0,1%, con Pentac o con PD 5, dos o tres veces cada 15 días.

Las hormigas se consideran parásitos porque transmiten el pulgón. Por ello, hay que mantener alejadas las hormigas de la zona donde está el Bon-sai. Buenos productos para combatir estos insectos son el hormiguicida Bayer o el Compo.

Escarabajo del chopo (Saperda populnea): No muy frecuente, pero es muy difícil de combatir; por ello haremos una descripción más extensa. El escarabajo del chopo tiene unos 3 cm, es de color negro con puntos blancos, y tiene unas antenas largas, blancas y negras a rayas. Sale a finales de mayo y empieza a comerse la corteza formando aros. Puede llegar a pelar la corteza de toda una rama, y así, matarla. Pone los huevos en el ramaje, y las larvas penetran hasta el interior de la rama, donde forman su capullo. Esto se puede detectar por los bultos parecidos a agallas en el tronco, aparte de los agujeros redondos en el tronco y en las ramas. Después de un período de reposo, las larvas se han convertido ya en escarabajos, y vuelve a empezar el ciclo. Elimínense las ramas afectadas y rocíese el árbol con Gardena SK o con Dinterex (Bayer) al 1% cada tres semanas.

Las lombrices no son parásitos, pero con sus túneles pueden alterar el desagüe, y por ello hay que erradicarlas.

Los caracoles dejan rastros de baba y mordeduras en las hojas. Se pueden eliminar a mano, a primera hora de la mañana, o también se puede usar veneno para caracoles, del que se esparce un poco en el suelo.

Gusanos blancos. Se trata de unos gusanitos de 0,5 cm que son como hilitos, y que suelen aparecer al utilizar abonos orgánicos. Son inofensivos y se pueden eliminar con una solución débil de Metasys-tox, o con spray insecticida Compo.

Cochinillas. Suelen afectar tanto a las coniferas como las frondosas, y se instalan en la parte inferior de las hojas (bultitos pardos, granulosos). Muchas veces se pueden eliminar a mano. Si está muy extendido, se puede utilizar una solución al 0,2% de Aphi-san, o una emulsión de 0,15% de Malathion.

El pulgón lanígero se instala en el tronco, en bifurcaciones de ramas, o en los ángulos entre ramas y hojas. Parecen minúsculos trocitos de algodón, y se pueden combatir igual que el pulgón, o con una solución del 0,15% de Unden, después de haber deshecho sus tejidos con un palito.

El pulgón de las raíces produce una debilitación de las hojas durante el crecimiento. Estos insectos blancos están en las raíces. Si se trata de pinos, hay que tener cuidado de no confundirlos con unas formaciones blancas, de superficie rugosa y con olor a hongo. Este hongo (Mykorrhiza) vive en simbiosis con los pinos, y es señal de buena salud. El pulgón de las raíces se combate con una solución de Alphos, aplicado directamente sobre las raíces. También se puede usar una solución de Metasystox.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Enfermedades y parásitos

La mejor prevención contra enfermedades son unos buenos cuidados y una periódica revisión de las plantas. Si en un momento dado hay que luchar contra una enfermedad, parásitos, hongos o algo parecido, será lo mismo que también ataca las plantas de jardín. Si los síntomas de la enfermedad no indican que sea por culpa de un mal cuidado de la planta, ni a causa de un problema en las hojas, entonces hay que sacarla cuidadosamente de su cuenco. Si las puntas de las raíces son fuertes y blancas, es de suponer que la causa de la enfermedad no está en la zona de las raíces, pues están sanas.

Se pueden utilizar los pesticidas comerciales usuales, según las dosis indicadas en las instrucciones. En ningún caso se pondrá más de la cuenta, en todo caso, siempre un poco menos. Es recomendable tratar en primavera todos los Bonsai con algún producto polivalente contra enfermedades e insectos parasitarios, y con algún fungicida, contra los hongos.

A continuación se describen las enfermedades y los parásitos más importantes que pueden afectar a un Bonsai y se indican algunos productos eficaces.

Siempre que se tengan problemas con el arbolito, hay que pedirle consejo a alguien entendido en la materia. No dude acudir al especialista; es preferible ir una vez de más, que ir demasiado tarde.

domingo, 23 de agosto de 2009

Educación de una forma Moyogi a partir de un plantel

Paulatinamente, el árbol irá adquiriendo un aspecto característico, y se puede empezar a pensar en cuál será la forma más apropiada para él. Algunos consejos los hallará en la página 18. Para la educación de una forma Moyogi, véanse las ilustraciones adyacentes y en las páginas 52 y 75.

Si se quiere educar una forma de escoba, no hay que suprimir el brote principal hasta que el tronco no haya alcanzado la altura deseada, porque con esta poda, se limita definitivamente su altura del tronco. A partir de este momento se podrán desarrollar con uniformidad los brotes laterales. Esto significa que el tronco se robustecerá. La copa del árbol se formará podando continuamente los nuevos brotes.

Después de tres o cuatro años se pueden alambrar el tronco y las ramas principales. Tratándose de coniferas esto suele ser imprescindible.

Después de cinco o seis años, la planta joven ya se ha hecho un arboiito, y ya se puede trasplantar a un cuenco de Bonsai.

viernes, 21 de agosto de 2009

Educación de Bonsai jóvenes

Cuanto antes se empiece a modelar una planta joven, menos manipulaciones drásticas serán necesarias luego. Como material de partida para Bonsai se usan plantas jóvenes de dos a tres años de edad, obtenidas a partir de semillas, esquejes, u otros métodos de reproducción.

También se pueden utilizar plantas recolectadas en el bosque. Deben tener una altura de unos 15 a 20 cm, el tronco del grosor aproximado de un lápiz, y las raíces suficientemente desarrolladas. Quítese primero la tierra de las raíces y pódense luego hasta dejarlas reducidas a un tercio de su longitud inicial. Es muy importante que al plantar en una maceta suficientemente grande, las raíces queden bien repartidas en el fondo del tiesto. Tal y como se explica en la página 106 un buen Bonsai da la impresión de tenerse sólidamente en la tierra. Sólo podrá dar esta impresión si sus raíces visibles crecen en todas las direcciones. Pueden tener diferentes grosores, y estar también más o menos distanciadas entre sí, pero nunca se deben cruzar. Hay que tener paciencia y tino al educar la base del tronco, porque se trata de una parte muy importante para el futuro aspecto general del árbol, y más adelante apenas se podrá corregir en nada. Enebros, pinos y otras especies, desarrollan una raíz gruesa principal, que suele molestar en la distribución de las raíces. Si hay suficientes raíces secundarias, esta raíz gruesa se corta. Si hay pocas raicillas, sólo la podremos reducir a un tercio de su longitud original.

La mezcla de tierra idónea para el arbolito, consiste en una parte de arena gruesa y una parte de turba. Después de unas semanas en un sitio sombreado, se puede ir acostumbrando el árbol al sol, y después de seis semanas, se puede abonar ya por primera vez.

La mejor época para cambiarlo de maceta es en primavera. Las plantas jóvenes deben replantarse cada dos años, y se van acostumbrando a la tierra de Bonsai. La forma de Bonsai se conseguirá podando y alambrando la planta. Antes de empezar con la educación, hay que saber cómo deberá ser el arbolito. La época buena para podar es en primavera, pero a partir del segundo año. Se suprimen todos los brotes y yemas que crezcan en una dirección no deseada. Las yemas se pueden arrancar, los brotes se cortan con unas tijeras afiladas, practicando el corte siempre justo de forma que no sobresalga ninguna uña del tronco o rama donde se cortó.
Si se corta la guía, es decir, la punta de la planta, ésta desarrollará más brotes laterales. La planta aún adquirirá una forma de crecimiento más compacta, si se podan regularmente todos los brotes y no sólo la guía.

La mayor parte de las frondosas se pueden educar sin necesidad de alambrarlas, pues se puede incidir en la dirección de crecimiento de un brote, con un simple corte bien hecho. Cada yema apunta hacia la dirección en la que crecería una nueva ramita, oculta en la minúscula yema «durmiente», si se cortara la rama por encima de esta yema.