En un bosque de Bonsai los árboles sueltos se correlacionan de tal forma, que dan la impresión de ser un grupo homogéneo.
Todos los tipos de bosques que se pueden encontrar al natural, es factible reproducirlos como bosques de Bonsai. Encontramos así espesos y oscuros bosques de abetos; claros y alegres bosques de hoja caduca; bosques azotados por el viento a la orilla.del mar; pequeños bosquecillos de altiplano y muchos más.
Se pueden crear diferentes perspectivas. Hay bosques de Bonsai que parecen vistos de cerca, como al detalle; otros, que dan la impresión de profundidad. Los bosques costeños, por ejemplo, son estrechos y alargados, en forma de franja. También hay que considerar como características específicas la edad, la forma y el estado de los árboles.
Se dispone pues de muchas posibilidades para crear un bosque, ya que la naturaleza nos da muchos modelos. Un bosque de Bonsai sólo quedará bien, si se consigue captar la atmósfera particular que caracteriza cada tipo de bosque. Para conseguir reproducir este carácter hay que tener en cuenta unas cuantas reglas en la realización del bosque. Los bosques de Bonsai resultan ideales para principiantes que ya han adquirido el sentido para las diferentes formas de árboles y bosques en la naturaleza. Son muy agradecidos desde el comienzo, porque el bosquecillopronto está plantado y «listo». No es necesario esperar años para acabarlo, y en todo momento es posible corregir y modelar su creación, quitando o cambiando árboles, o simplemente trasladándolos de sitio. Como se trabaja con árboles jóvenes, de 2 a 8 años de edad, el precio de coste inicial es también muy ventajoso.
El mismo aficionado los puede recolectar en el bosque. Al igual que para un Bonsai individual, son preferibles las plantas de hojas pequeñas, y especies que soporten una poda rigurosa en la raíz. Esta poda es a menudo necesaria, puesto que los grupos de árboles se plantan en macetas de muy poca profundidad. A ser posible es conveniente que todas las plan-titas sean de la misma planta madre. Su herencia común hará que tengan el mismo tamaño y color de hoja, y el mismo crecimiento en altura. El grupo de árboles será más homogéneo y ganará en armonía.
Más fácil es conseguir la materia prima en viveros forestales, pues allí se puede encontrar gran variedad de planteles.
Los bosques mezclados resultan muy atractivos, pero con el tiempo su cuidado puede ocasionar problemas. El crecimiento y las condiciones de vida de los diferentes árboles son muy distintos entre sí, y los árboles pueden estorbarse mutuamente en su desarrollo. Por ello, es preferible escoger una especie determinada para el bosque de Bonsai. Son muy indicadas las diferentes especies de arce, bambúes, hayas, abetos rojos, carpes, enebros espinosos, alerces, criptomerias, stewartias, olmos y cipreses.
La mejor época de plantación es a principios de primavera, antes de que se abran las yemas, porque entonces la planta todavía soporta una fuerte poda de la raíz. También se puede plantar el bosquecillo a principios de otoño, cuando las raíces hay que podarlas sólo moderadamente.
La mezcla apropiada de tierra para el bosque de Bonsai es la misma que para un Bonsai individual de la misma especie.
Antes de empezar la plantación, se hace un croquis y se determina la posición de cada árbol. Para la formación de un grupo de árboles que tenga un aspecto natural, pueden ser de ayuda las siguientes reglas: escoger un número impar de árboles, si el grupo es reducido. Con ello es más fácil evitar la simetría que a menudo se produce en grupos de 4, 6 u 8 árboles, y que puede ocasionar un aspecto algo artificioso del bosquecillo.
Para un bosque de Bonsai habría que colocar los diferentes arbolitos como si se tratara de un retrato de familia de principios de siglo, con el árbol más importante y dominando en altura y grosor del tronco, el padre, en primer plano, la madre a su lado, y los de menor importancia a su alrededor, como si se tratara de los hijos. De este modo el grupo quedará dividido en subgrupos, que le dan mayor naturalidad y profundidad al bosquecillo. Para conseguir todavía una mayor sensación de profundidad, se plantan los arboli-llos mayores más hacia delante, y los pequeños detrás. Al plantar los diferentes árboles, se giran de tal forma que las ramas largas queden en dirección hacia fuera. Ningún árbol debe tapar a otro.
Al formar un grupo de árboles es tan importante el espacio libre como los árboles en sí, porque ésto es lo que convierte el bosquecillo en un paisaje.
Antes de plantar se preparan los cuencos o macetas para Bonsai en la forma habitual. Hay que colocar mallas de plástico sobre los agujeros de desagüe. Luego se coloca una capa de grava para el drenaje, muy delgada, puesto que el cuenco tiene poca profundidad, y encima una capa de tierra de Bonsai, asimismo muy fina. Primero se plantan los árboles principales, luego los otros. Puede haber dificultades al fijar los distintos árboles. Se pueden resolver por dos métodos diferentes:
1) Pasando un alambre por los agujeros de desagüe, se fijan los árboles principales al suelo del cuenco. Una vez estén asegurados, se pueden atar los árboles secundarios a los principales, y asegurarlos también a su vez. No se debe olvidar el retirar los alambres al cabo de aproximadamente medio año.
2) Con una mezcla mojada de turba y arcilla, se puede formar una bola pesada con el cepellón de raíces de cada planta, que íes dará peso y estabilidad. De este modo podrán sostenerse con facilidad en sus respectivas posiciones.
Después de haber rellenado todos los espacios libres con tierra de Bonsai, ésta se aprieta, especialmente en los bordes del cuenco. Encima se colocan porciones de musgo, y se riegan bien los arbolitos, colocándolos después en un lugar resguardado. Pasadas de 4 a 6 semanas, el bosquecillo se puede empezar a acostumbrar al sol y se abona ligeramente.
jueves, 23 de julio de 2009
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